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La Anemia es un enemigo para nuestros hijos?

La Anemia Infantil se caracteriza por una disminución del número de glóbulos rojos en la sangre, que son los encargados de trasladar el oxígeno a todos los órganos del cuerpo, gracias a la hemoglobina que contienen.


La hemoglobina es una proteína muy importante para nuestro organismo, pues es la encargada de transportar el oxígeno necesario para el buen funcionamiento de todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo. 

Cuando la cifra o el contenido de la hemoglobina se presenta más bajo de lo esperado en un análisis de sangre, significa que el niño tiene anemia.

Su causa más frecuente es la falta de hierro, un mineral necesario para la formación de la hemoglobina de la sangre. Otra causa habitual suele ser la dificultad para absorberlo. Algunas enfermedades también pueden causar anemia en los niños. La anemia infantil se reconoce por la palidez en el tono de la piel, el cansancio y la falta de energía en los niños. Es posible que el niño tenga también la boca o la lengua de un tono blanquecino. 

Causas de la anemia en los niños 

La anemia puede estar causada por distintos motivos: 

1. La deficiencia de hierro es la principal causa de la anemia infantil. Una alimentación pobre en alimentos ricos en hierro puede provocar la anemia. 

2. Una enfermedad parasitaria intestinal también puede provocar pérdidas de sangre, al consumida por los parásitos. 

3. Algunas enfermedades o infecciones, como las infecciones urinarias, la tuberculosis, el paludismo, los tumores, la fiebre tifoidea y la leucemia, entre otras, pueden causar anemia. 

4. Una ingestión de leche entera de vaca u otros animales en los menores de 1 año puede producir una pérdida de glóbulos rojos, lo que provocaría una salida periódica de glóbulos rojos hacia la luz intestinal y con el tiempo, anemia. 

5. Una exposición diaria a la contaminación ambiental que producen las fábricas de pinturas, tintes, baterías y talleres de metalmecánica. Esas situaciones pueden llevar a una intoxicación progresiva por plomo del organismo y ocasionar una anemia severa. 

6. Algunos antibióticos pueden producir anemia cuando se usan por largos periodos de tiempo. Por esta razón, cuando el pediatra recete algún antibiótico al bebé, es importante seguir estrictamente sus instrucciones en cuanto a la dosis y al tiempo de duración del tratamiento. 

7. La deficiencia en vitamina B12 también puede ser una causa de anemia. 

La anemia y el cerebro de los niños 

Las últimas investigaciones han revelado la estrecha relación existente entre las cifras de hemoglobina y el funcionamiento del cerebro de los niños. 

El hierro es necesario para que se den las conexiones neuronales, así como para el funcionamiento de los neurotrasmisores (sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y permiten la transmisión de la información y actividad eléctrica). 

En el caso de los niños que padecen anemia esta alteración o deficiencia provoca bajo rendimiento intelectual, dificultades del aprendizaje, disminución en su desempeño cognitivo y, en consecuencia, fracaso escolar. 

Por otra parte, los niños que tienen anemia se muestran menos afectuosos, menos adaptados al medio y presentan más trastornos de conducta.


La falta de hierro en los niños

El hierro es un mineral necesario para la producción de sangre y el funcionamiento de los órganos vitales. Cada glóbulo rojo contiene hierro en su hemoglobina, que es el pigmento que lleva oxígeno a los tejidos de los pulmones. Las células rojas de la sangre son necesarias para llevar oxígeno a través del cuerpo, la anemia hace que las células y los tejidos reciban menos oxígeno, afectando su funcionamiento. Una falta de hierro en la sangre puede llevar a la anemia, que es una deficiencia nutricional muy común en niños. 

Lograr una alimentación adecuada, equilibrada y rica en nutrientes es una base esencial para el buen crecimiento y desarrollo del bebé. Para que esta alimentación sea completa no deben faltar en la dieta del bebé proteínas, hidratos de carbono y grasas, así como vitaminas y minerales. 

En los casos de bebés prematuros, es recomendable utilizar un suplemento de hierro como prevención, siempre que el pediatra lo vea necesario. Otra medida importante sería descartar periódicamente la existencia de parásitos intestinales mediante un análisis de heces rutinario. El control pediátrico en estos casos es más que necesario.

Causas de la anemia

Algunos de los diferentes tipos de anemia y sus causas son: 

Anemia por deficiencia de hierro. Este es el tipo más frecuente de anemia en todo el mundo. La causa de la anemia ferropénica es una escasez de hierro en el cuerpo. La médula ósea necesita hierro para producir hemoglobina. Sin la cantidad adecuada de hierro, el cuerpo no puede producir hemoglobina suficiente para los glóbulos rojos. 

Este tipo de anemia suele presentarse en muchas mujeres embarazadas que no toman suplementos de hierro. También ocurre por pérdida de sangre, como sangrado menstrual importante, úlceras, cáncer y uso periódico de algunos analgésicos de venta libre, especialmente la aspirina. 

Anemia por deficiencia de vitaminas. Además de hierro, el cuerpo necesita ácido fólico y vitamina B-12 para producir suficientes glóbulos rojos sanos. Una dieta sin una cantidad suficiente de estos y otros nutrientes clave puede provocar una disminución en la producción de glóbulos rojos. 

Asimismo, es posible que algunas personas consuman suficiente B-12, pero sus cuerpos no puedan procesar la vitamina. Esto puede generar anemia por deficiencia de vitaminas, también conocida como «anemia perniciosa». 

Anemia por enfermedad crónica. Algunas enfermedades (como cáncer, VIH/sida, artritis reumatoide, enfermedades renales, enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias crónicas) pueden interferir en la producción de glóbulos rojos. 

Anemia aplásica. Esta anemia inusual y potencialmente mortal se provoca cuando el cuerpo no puede producir suficientes glóbulos rojos. Las causas de la anemia aplásica comprenden infecciones, determinados medicamentos, enfermedades autoinmunitarias y exposición a sustancias químicas tóxicas. 

Anemias asociadas con enfermedades de la médula ósea. Diversas enfermedades, como leucemia y mielofibrosis, pueden provocar anemia al afectar la producción de sangre en la médula ósea. Los efectos de estos tipos de cáncer y trastornos similares al cáncer pueden variar desde leves hasta potencialmente mortales. 

Anemias hemolíticas. Este grupo de anemias se presenta cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápidamente de lo que la médula ósea puede reemplazarlos. Algunas enfermedades de la sangre aumentan la destrucción de glóbulos rojos. Las anemias hemolíticas se pueden heredar o contraer con el tiempo. 

Anemia de células falciformes. Esta afección heredada y, en ocasiones, grave es una anemia hemolítica heredada. La causa es una forma de hemoglobina defectuosa que fuerza a los glóbulos rojos a adoptar una forma de media luna (falciforme) anómala. Estas células sanguíneas mueren de forma prematura, lo que tiene como resultado una escasez crónica de glóbulos rojos. 

Otras anemias. Existen muchos otros tipos de anemia, como talasemia y anemia palúdica.

Factores de riesgo 

Estos factores aumentan tu riesgo de anemia: 

Una dieta carente de ciertas vitaminas. Tener una dieta que sea consistentemente baja en hierro, vitamina B12 y folato incrementa tu riesgo de anemia. 

Trastornos intestinales. Tener un trastorno intestinal que afecta la absorción de nutrientes en tu intestino delgado, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, aumenta tu riesgo de anemia. 

Menstruación. En general, las mujeres que no han experimentado la menopausia tienen un riesgo mayor de anemia por deficiencia de hierro que los hombres y las mujeres posmenopáusicas. Esto se debe a que la menstruación produce la pérdida de glóbulos rojos. 

Embarazo. Si estás embarazada y no tomas un suplemento multivitamínico con ácido fólico, tienes un gran riesgo de anemia. 

Afecciones crónicas. Si tienes cáncer, insuficiencia renal u otra afección crónica, tendrás riesgo de anemia por enfermedad crónica. Estas afecciones pueden causar la disminución de los glóbulos rojos. 

La pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera o por otra causa puede consumir todo la reserva de hierro del cuerpo y transformarse en una anemia por deficiencia de hierro. 

Antecedentes familiares. Si tienes antecedentes familiares de anemia hereditaria, como anemia falciforme, también tienes un gran riesgo de padecer esta afección. 

Otros factores. Los antecedentes de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunitarios, alcoholismo, exposición a químicos tóxicos y el uso de algunos medicamentos pueden afectar la producción de glóbulos rojos y producir anemia. 

Edad. Las personas mayores de 65 años tienen mayor riesgo de anemia.

¿En qué etapas de la infancia es más frecuente la anemia infantil? 

La anemia ferropénica (por déficit de hierro) es la más frecuente durante la infancia. Las etapas de mayor riesgo de desarrollarla son las de mayor crecimiento del niño, es decir, durante la lactancia (entre los seis meses y hasta los dos años, aproximadamente) y en el estirón puberal. 


En la adolescencia se produce un rápido crecimiento (aumento de demandas) y, especialmente durante esos años, alteraciones de la conducta alimentaria. Además, en el caso de las niñas comienzan a sumarse nuevas pérdidas por la menstruación. "En nuestro medio, y con una adecuada alimentación, la anemia infantil no es tan frecuente como antes". 


Otra causa de anemia, cuya incidencia no es muy bien conocida porque puede pasar inadvertida, es la que puede acompañar a cualquier proceso infeccioso o inflamatorio. Es una anemia pasajera, generalmente leve o moderada, y cuyo tratamiento sería el de la causa que la provocó.

Prevención de la anemia 

Cuando la anemia es ferropénica se previene con una alimentación adecuada. En los primeros seis meses de vida debe tomarse la leche materna. A las artificiales de fórmula y a las papillas se les añaden suplementos de minerales y cuentan con todos los nutrientes necesarios para el crecimiento saludable del bebé. Durante el primer año de vida no puede tomar leche de vaca sin tratar. 

• En los primeros años de vida, los niños deben ingerir una dieta variada que le aporte todo los nutrientes necesarios para su crecimiento. 

• Alimentos ricos en hierro son: almejas, cereales integrales, vísceras, legumbres, huevos, vegetales de hoja verde y carnes. La vitamina C y las proteínas favorecen la absorción de este mineral. Por eso se recomienda ingerir alimentos con estos nutrientes junto con los que contienen hierro. Por el contrario, también hay alimentos que dificultan la absorción. 

• Para prevenir carencias de hierro en los niños prematuros debes darle suplementos de este mineral a partir de la segunda semana del nacimiento. En los niños no prematuros, cuando cumplen tres meses de edad. 

• Debes revisar de forma periódica que el niño no tiene parásitos intestinales. Los lactantes de siete a 12 meses deben ingerir 11 miligramos (mg) de hierro al día. Los niños de uno a 12 años necesitan entre 7 y 10 mg de hierro diarios. Los varones adolescentes 11 mg y 15 mg sin son chicas. 

Dieta para evitar la anemia infantil 

No existe nada mejor para evitar la anemia infantil que una buena, variada, y equilibrada alimentación. El hierro es un mineral que abunda en la carne de vacuno, ave y en el pescado. Además, el hierro que proviene de los productos animales se absorbe mejor que el hierro procedente de los productos vegetales, que aunque en menor cantidad, también está presente en algunos alimentos. En general, las fuentes más ricas en hierro se encuentran en alimentos como: 

- Carne de vaca, pollo y pescado 

- Yema de huevo 

- Mariscos de concha: mejillones, almejas y berberechos. 

- Vísceras. Hígado de ternera, mollejas, etc. 

- Legumbres: alubias, lentejas, garbanzos y soja 

- Verduras: guisantes, espinacas, brócoli, coliflor y remolacha 

- Verduras de hoja verde oscuro 

- Frutas: uvas, mango, etc. 


Mejora la absorción del hierro de los alimentos 

Tan importante como el alimento que nos llevamos a la boca, es su forma de absorción. La absorción de hierro es más efectiva cuando es ingerido en la misma digestión con el ácido ascórbico o ácido cítrico. La vitamina C, que se encuentra por ejemplo en la naranja y en el limón, mejora la absorción del hierro de los alimentos. Según algunos expertos en el tema, algunos tipos de infusiones, así como la leche de vaca en la misma digestión, pueden inhibir la absorción de hierro. Por este motivo, a la hora de comer un buen filete, por ejemplo, acompáñalo de un zumo de naranja o una fruta entera y evita los lácteos (queso, yogures, flanes, natillas...) en la misma comida.

Recomendaciones generales 

Dale a tu hijo un vaso de zumo de naranja o toronja recién exprimido luego de una comida rica en hierro. 


No consumir infusiones como té o café (en el caso de niños más grandes) inmediatamente después de la ingesta de estos alimentos, ya que las infusiones poseen una sustancia llamada taninos que interfieren en la absorción adecuada de hierro. 

Es muy importante que si tu hijo se encuentra: 
Sin ganas de hacer nada. 
Cansado 
Se fatiga fácilmente. 
No come. 
Falta de concentración. 


Consultes a su médico para que a través de un simple examen de sangre pueda determinar si estos síntomas pueden deberse a una anemia.

Modelos de comidas ricas en hierro 

Arroz con lentejas y guiso de hígado de res con ensalada de zanahoria y tomate. 


Arroz con garbanzos y corazón de pollo salteado con 1 vaso de jugo de maracuyá. 


Ensalada de pallares con arroz y pescado bonito frito. Postre: 1 mandarina.


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