El Cáncer de Mama afecta a Mujeres y Hombres.?
El cáncer de seno (o cáncer de mama) se origina cuando las células en el seno comienzan a crecer en forma descontrolada. Estas células normalmente forman un tumor que a menudo se puede observar en una radiografía o se puede palpar como una protuberancia (masa o bulto). El tumor es maligno (cáncer) si las células pueden crecer penetrando (invadiendo) los tejidos circundantes o propagándose (metástasis) a áreas distantes del cuerpo. El cáncer de seno ocurre casi exclusivamente en las mujeres, pero los hombres también lo pueden padecer.
No todos los bultos que aparecen en las mamas son un síntoma de cáncer. De hecho, nueve de cada diez bultos son benignos. Estos bultos no cancerosos pueden ser fibrosis o tumores de tejido conectivo y glandular, o bien, quistes o bolsas llenas de líquido.
Los tumores benignos de mama (fibroadenomas) no constituyen un peligro para la vida y suelen tener fácil tratamiento. Los tumores específicos del seno son:
Carcinoma ductal
El carcinoma ductal in situ se localiza en los conductos mamarios o ductos a través de los cuales la leche llega hasta el pezón. Si no se trata puede originar metástasis. Por esto es muy importante detectar a tiempo su presencia, para evitar la progresión hacia el cáncer.
Esta detección sólo puede realizarse a través de pruebas específicas, como una mamografía, puesto que el carcinoma in situ no suele producir ningún síntoma. El carcinoma invasor es el más frecuente de los cánceres de mama y supone aproximadamente el 80 por ciento de todos los que se producen.
Carcinoma lobulillar o lobular
El carcinoma lobular, también conocido como neoplasia lobular invasora, sigue el mismo proceso de filtración que el carcinoma ductal invasor hacia el tejido adiposo, pero desde los lobulillos.
Cáncer inflamatorio de mama
Se trata de un cáncer bastante agresivo que crece rápido. Se denomina inflamatorio porque las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos y esto se manifiesta en la piel, que adquiere una apariencia gruesa y ahuecada, similar a la de una cáscara de naranja.
Otros tipos
Otros tipos poco frecuentes de cáncer de mama son el mucinoso o coloide, en el que las células cancerosas producen cierta mucosidad, y el medular, un tumor infiltrante, pero con mejor pronóstico que otros cánceres invasores.
Cáncer de Paget
Se propaga por la piel del pezón y de la aureola. En este tipo de cáncer, la piel del pezón y de la aureola tiene una apariencia escamosa y rojiza, con ocasionales pérdidas de sangre. La enfermedad de Paget puede estar asociada con un carcinoma in situ o infiltrante.
Signos y síntomas del cáncer de seno
Una parte importante de la salud de los senos consiste en saber cómo se ven y se sienten normalmente sus senos. Descubrir el cáncer de seno tan pronto como sea posible le dará más probabilidades de que su tratamiento sea eficaz. No obstante, conocer los signos a los que debe prestar atención no reemplaza a los mamogramas de rutina ni a otras pruebas de detección. Las pruebas de detección pueden ayudar a encontrar el cáncer de seno en sus etapas iniciales, antes de que aparezca algún síntoma.
El síntoma más común del cáncer de seno es una nueva masa o protuberancia. Una masa no dolorosa, dura y con bordes irregulares tiene más probabilidades de ser cáncer, aunque los tumores cancerosos del seno también pueden ser sensibles a la palpación, blandos y de forma redondeada. Incluso pueden causar dolor. Por este motivo, es importante que un médico con experiencia en el diagnóstico de enfermedades de los senos examine cualquier masa o protuberancia nueva, o cualquier cambio en los senos.
Otros posibles síntomas del cáncer de seno incluyen:
Hinchazón de todo el seno o parte de él (aunque no se sienta una protuberancia definida)
Irritación de la piel o formación de hoyuelos (a veces parecido a la cáscara de una naranja)
Dolor en el seno o en el pezón
Retracción (contracción) de los pezones
Enrojecimiento, descamación o engrosamiento de la piel del seno o del pezón
Secreción del pezón que no sea leche materna
Algunas veces un cáncer de seno se puede propagar a los ganglios linfáticos de las axilas o alrededor de la clavícula y causar una protuberancia o hinchazón ahí, aun antes de que el tumor original en el seno sea lo suficientemente grande como para poderlo palpar. Un médico debe examinar también los ganglios linfáticos que están hinchados.
Aunque cualquiera de estos síntomas puede ser causado por otras afecciones distintas al cáncer de seno, si usted los presenta, debe notificar a un profesional de la salud para que él (o ella) encuentre la causa. Debido a que los mamogramas no detectan todos los cánceres de seno, es importante que esté al pendiente de los cambios en sus senos y conozca los signos y síntomas de este cáncer.
La manifestación más frecuente que ayuda a detectar el cáncer es la aparición de un bultito (nódulo palpable) que generalmente no causa dolor. Otros síntomas frecuentes son las alteraciones de la piel de la mama o la retracción del pezón.
Diagnóstico
El proceso de diagnóstico del cáncer de mama comienza cuando existe la sospecha por la exploración física o una mamografía de rutina. A partir de ese momento el especialista puede realizar una serie de pruebas que confirmen el cáncer:
Mamografías: Imágenes de rayos X que detectan zonas anómalas de la mama. Estas pruebas no son fiables al cien por cien y pueden ofrecer imágenes sospechosas que al final no son malignas o no detectar un tumor maligno.
Ecografía: Permite distinguir lesiones quísticas (rellenas de líquido) de lesiones sólidas. Esta técnica suele completar a la mamografía.
Resonancia magnética nuclear (RMN): Es una exploración radiológica que utiliza la acción de un campo electromagnético para obtener imágenes. La RMN se utiliza como prueba complementaria de las dos anteriores o para analizar el cerebro o la médula espinal.
Si tras realizar estas pruebas la sospecha continúa, el siguiente paso que dará el especialista será la confirmación del cáncer realizando una biopsia.
Factores de riesgo que puedes controlar
Peso. El sobrepeso supone un riesgo elevado de cáncer de mama, en especial para mujeres postmenopáusicas. El tejido graso es la principal fuente de estrógeno que posee el cuerpo tras la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir la hormona. Una mayor cantidad de tejido graso implica un mayor nivel de estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
Dieta. La dieta es presuntamente un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama, pero todavía no se ha determinado con certeza qué tipos de alimentos aumentan el riesgo. Un buen comienzo puede ser evitar la carne roja y otras grasas animales (incluidas las grasas lácteas del queso, la leche y el helado), ya que pueden contener hormonas, otros factores de crecimiento, antibióticos y pesticidas. Algunos investigadores consideran que ingerir demasiado colesterol y otras grasas constituye un factor de riesgo, y ciertos estudios indican que comer carnes rojas o procesadas en exceso conlleva un riesgo elevado de cáncer de mama. Lo más recomendado es llevar una dieta con bajo contenido graso, y rica en frutas y vegetales.
Haz ejercicio. Cada día hay más pruebas de que el ejercicio ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama. La Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda hacer ejercicio físico entre 45 y 60 minutos al menos 5 días a la semana.
Consumo de alcohol. Algunos estudios revelaron que el riesgo de cáncer de mama aumenta en relación con la cantidad de alcohol que consume una mujer. El alcohol puede afectar la función renal de control sobre los niveles de estrógeno en sangre, lo cual puede aumentar el riesgo.
Tabaquismo. Fumar suele implicar un leve aumento en el riesgo de cáncer de mama.
Exposición al estrógeno. Debido a que el estrógeno en las mujeres estimula el crecimiento de las células mamarias, la exposición a esta hormona durante períodos prolongados ininterrumpidos puede aumentar el riesgo de que se forme cáncer de mama.
Uso reciente de anticonceptivos orales. El uso de anticonceptivos orales (pastillas anticonceptivas) parece aumentar levemente el riesgo de desarrollar cáncer de mama, pero solo durante un período limitado. Las mujeres que hayan dejado de utilizar anticonceptivos orales por más de 10 años no parecen presentar un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama.
Estrés y ansiedad. No hay pruebas claras que indiquen que el estrés y la ansiedad pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. No obstante, todo lo que hagas para reducir el estrés y mejorar tu bienestar, tu estado de ánimo y tu grado de satisfacción puede afectar notablemente tu calidad de vida. Los llamados "ejercicios de la conciencia" (como la meditación, el yoga, los ejercicios de visualización y las oraciones) pueden aportar mucho a tu rutina diaria o semanal. Algunos investigadores consideran que estas prácticas fortalecen el sistema inmunitario.
Factores de riesgo que no puedes controlar
Sexo. Ser mujer es el mayor factor de riesgo para que se forme cáncer de mama. Si bien los hombres pueden padecer la enfermedad, las células mamarias de las mujeres crecen y cambian constantemente, principalmente debido a la actividad de las hormonas femeninas estrógeno y progesterona. Esta actividad aumenta notablemente el riesgo de cáncer de mama.
Edad. El envejecimiento es el segundo factor de riesgo más importante. En edades de 30 a 39 años, el riesgo es de 1 en 227, es decir, del 0,44%. Después de los 60 años, el riesgo pasa a ser de 1 en 28, es decir, del 4%.
Antecedentes familiares de cáncer de mama. Si tienes algún familiar de línea directa (madre, hija, hermana) que ha sido diagnosticado con cáncer de mama o tienes varios familiares que han padecido cáncer de mama u ovario (especialmente antes de los 50 años), podrías tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Antecedentes personales de cáncer de mama. Si ya te han diagnosticado cáncer de mama en el pasado, el riesgo que tienes de que reaparezca, ya sea en la misma mama o en la otra, es mayor que si nunca hubieses padecido la enfermedad.
Raza. Las mujeres blancas son un poco más propensas a desarrollar cáncer de mama que las mujeres afroamericanas. Las mujeres asiáticas, latinas y nativas norteamericanas tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de mama y morir a causa de ello.
Terapia de radiación en el tórax. Recibir terapia de radiación en la zona del tórax en una edad temprana (infancia o juventud) como tratamiento para otro cáncer aumenta significativamente el riesgo de que se forme cáncer de mama. El mayor riesgo se da cuando la radiación se aplica durante la etapa de desarrollo de las mamas (durante las adolescencia).
Exposición al estrógeno. Debido a que el estrógeno en las mujeres estimula el crecimiento de las células mamarias, la exposición a esta hormona durante períodos prolongados ininterrumpidos puede aumentar el riesgo de que se forme cáncer de mama. Algunos de estos factores de riesgo no se pueden controlar, entre ellos:
empezar a menstruar (períodos mensuales) en una edad temprana (antes de los 12 años)
entrar en la menopausia (fin de los ciclos mensuales) en una edad avanzada (después de los 55 años)
la exposición a estrógenos en el ambiente (por ejemplo, las hormonas presentes en la carne o los pesticidas como el DDT, los cuales producen sustancias similares al estrógeno cuando son absorbidos por el cuerpo)
Embarazo y lactancia. El embarazo y la lactancia reducen la cantidad total de ciclos menstruales en la vida de una mujer, y esto parece reducir el riesgo de cáncer de mama en el futuro. Las mujeres que nunca han tenido un embarazo a término o que han tenido su primer embarazo a término después de los 30 años tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. En el caso de las mujeres que tienen hijos, la lactancia puede reducir levemente el riesgo de cáncer de mama, especialmente si continúan amamantando durante 1 año y medio a 2 años. Para muchas mujeres, no obstante, amamantar durante tanto tiempo no es viable ni práctico.
Exposición al DES. Las mujeres que recibieron un fármaco llamado dietilestilbestrol (DES), que se utilizó entre la década de 1940 y la década de 1960 para evitar abortos espontáneos, tienen un riesgo apenas más elevado de desarrollar cáncer de mama. La mujeres cuyas madres tomaron DES durante su embarazo también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Las emociones y el cáncer de seno
Durante el tratamiento, es posible que sienta estrés debido a muchas emociones diferentes. Esto les ocurre a muchas mujeres, pues es normal sentir cierto grado de depresión, ansiedad y miedo cuando el cáncer es parte de su vida. También es normal que tenga algo de angustia. Algunas mujeres se afectan más que otras. No obstante, todas las personas pueden beneficiarse de la ayuda y el apoyo de otras personas, ya sea amigos y familiares, grupos religiosos, grupos de apoyo, consejeros profesionales, entre otros.
Las emociones también pueden surgir después del tratamiento. Por ejemplo, probablemente le preocupe que el cáncer pueda regresar. Tal vez usted esté más consciente de los efectos del cáncer sobre sus familiares y amigos, así como los efectos sobre su vida profesional. Quizás este sea el momento para reevaluar sus relaciones con sus seres queridos. Otros asuntos inesperados también pueden causar preocupación. Por ejemplo, tal vez sienta estrés a causa de preocupaciones económicas que surgen a medida que recibe tratamiento. También es posible que las consultas con los médicos sean menos frecuentes después del tratamiento y que tenga más tiempo disponible para usted. Cualquiera de estos asuntos podría causarle ansiedad.
Asuntos especiales que enfrentan las mujeres con cáncer de seno
Muchas mujeres con cáncer de seno se enfrentan a situaciones adicionales que causan estrés. Por ejemplo, es posible que su apariencia haya cambiado como resultado de la cirugía del cáncer de seno. También es posible que tenga inquietudes sobre la sexualidad después del cáncer de seno. Para más información sobre estos temas, lea Imagen corporal y sexualidad después del cáncer de seno.
Para las mujeres más jóvenes que han padecido cáncer de seno, los cambios en la apariencia y la sexualidad pueden ser aún más estresantes. Algunas mujeres aún pueden estar pensando en comenzar una familia o tener más hijos, y pueden preocuparse sobre cómo el cáncer y su tratamiento podrían afectar esto. Otras mujeres pueden haber empezado ya una familia y preocuparse sobre cómo esto podría afectar a sus seres queridos. En algunas mujeres, la quimioterapia puede provocar la menopausia temprana que por sí sola puede causar mucha molestia.
Independientemente de los cambios que experimente, es importante saber que usted puede obtener apoyo y consejo para ayudarle a lidiar con estos cambios. Sentirse bien con su cuerpo durante y después del tratamiento del cáncer de seno. Además del estrés emocional que el cáncer y su tratamiento pueden causar, muchas mujeres con cáncer de seno también tienen que lidiar con cambios en su apariencia como resultado del tratamiento.
Algunos cambios pueden ser de corto plazo, como la pérdida del cabello. Sin embargo, incluso los cambios a corto plazo pueden tener un efecto profundo en la percepción de sí misma de la mujer. Hay varias opciones para ayudarle a lidiar con la pérdida del cabello, incluyendo pelucas, sombreros, pañuelos, y otros accesorios. Como otra opción, algunas mujeres optan por mostrar sus calvicies como una manera de identificarse como sobrevivientes del cáncer de seno.
Otros cambios son más permanentes, tal como la pérdida de parte o todo un seno (o los senos) después de la cirugía. Algunas mujeres también seleccionan la cirugía reconstructiva para restaurar la forma del seno. Si opta por no hacer la reconstrucción del seno, usted puede decidir si usa un seno postizo o una prótesis.
Sexualidad después del cáncer de seno
Después del cáncer de seno, es posible que tenga inquietudes sobre la sexualidad. Los cambios físicos, especialmente después de la cirugía, pueden causar que algunas mujeres se sientan menos cómodas con sus cuerpos. Es posible que haya una pérdida de sensibilidad en el seno afectado. Otros tratamientos del cáncer de seno, como la quimioterapia, pueden cambiar sus niveles hormonales y pueden afectar su interés o respuesta sexual.
La relación con su pareja también es importante. A su pareja le puede preocupar cómo expresar su amor física y emocionalmente después del tratamiento, especialmente después de la cirugía. No obstante, el cáncer de seno puede ser una experiencia de crecimiento para las parejas (especialmente cuando las parejas participan en el proceso de toma de decisiones y acuden a los tratamientos).
Prevención
La autoexploración y las mamografías son las herramientas más útiles para encontrar bultos sospechosos en las mamas. En general, la técnica de la mamografía facilita la detección de pequeños bultos, difíciles de predecir mediante la palpación del pecho. Este tipo de prueba debe repetirse anualmente a partir de los 50 años, o de los 45 en el caso de que una persona tenga antecedentes familiares de cáncer de mama de primer grado.
Cáncer de mama en hombres
Uno de cada 100 casos de cáncer de mama se produce en un varón. Pese a que la frecuencia es menor que entre las mujeres, los hombres que sufren un cáncer de mama suelen tener un peor pronóstico de la enfermedad. Esta diferencia no se debe a que el tumor mamario en los hombres sea de un peor tipo, sino sencillamente a que se diagnostica bastante más tarde que entre las mujeres, sobre todo por desinformación.
El riesgo de que un hombre desarrolle cáncer de mama aumenta si lo ha padecido alguien en su familia directa y también si ha sufrido el llamado síndrome de Klinefelter, una alteración por la que no se produce testosterona.
Diagnóstico
El médico puede realizar una serie de pruebas y de procedimientos de diagnósticos, como:
Examen de mamas clínico. El médico utiliza las yemas de los dedos para examinar los senos y las partes que los rodean en busca de bultos u otros cambios. El médico evalúa cuán grandes son los bultos, cómo se sienten y cuán cerca están de la piel y de los músculos.
Pruebas de diagnóstico por imágenes. La mamografía y la ecografía pueden detectar masas sospechosas en el tejido mamario.
Biopsia. Se inserta una aguja fina en la mama para extraer tejido con el fin de analizarlo en el laboratorio. Los resultados de las pruebas pueden revelar si tienes cáncer de mama y, si es así, qué tipo es.
Tratamiento
Cirugía: El objetivo de la cirugía es extraer el tumor y el tejido mamario que lo rodea. Los procedimientos comprenden lo siguiente:
Extracción del tejido mamario y de los ganglios linfáticos que lo rodean (mastectomía radical modificada). El cirujano extrae todo el tejido mamario, incluso el pezón y la areola, y algunos ganglios linfáticos axilares.
Extracción de un ganglio linfático para analizarlo (biopsia de ganglio linfático centinela). El médico identifica el ganglio linfático con mayor probabilidad de ser el primer lugar adonde se extiendan las células cancerosas. Ese ganglio linfático se extrae y se analiza. Si no se encuentran células cancerosas, existe una buena probabilidad de que el cáncer de mama no se haya extendido más allá del tejido mamario.
Radioterapia: En la radioterapia se utilizan haces de energía alta para destruir las células cancerosas. En el cáncer de mama masculino, la radioterapia se puede usar después de la cirugía para eliminar las células cancerosas que queden en la mama, los músculos del tórax o la axila.
Durante la radioterapia, una máquina grande que se mueve alrededor del cuerpo emite radiación y dirige los haces de energía a puntos precisos en el tórax.
Quimioterapia: En la quimioterapia se utilizan medicamentos para destruir las células cancerosas. Estos medicamentos se pueden administrar a través de una vena del brazo (por vía intravenosa), en forma de píldora o por ambos métodos.
El médico puede recomendar quimioterapia después de la cirugía para destruir toda célula cancerosa que se haya diseminado fuera de la mama. La quimioterapia también puede servir para los hombres con cáncer de mama avanzado.
Terapia hormonal: La mayoría de los hombres con cáncer de mama tienen tumores que dependen de las hormonas para crecer (sensibles a las hormonas). Si el cáncer es sensible a las hormonas, el médico puede recomendar la terapia hormonal.
La terapia hormonal para el cáncer de mama masculino, a menudo, incluye el medicamento tamoxifeno, que también se usa en las mujeres. Otros medicamentos de la terapia hormonal que se usan en mujeres con cáncer de mama no han demostrado eficacia en los hombres.
Estrategias de afrontamiento y apoyo
Recibir un diagnóstico de cáncer puede resultar impactante y perturbador. Con el tiempo, encontrarás la manera de enfrentar el estrés y los desafíos del cáncer, y el tratamiento oncológico. Hasta ese entonces, puede ser útil considerar lo siguiente:
Hablar con alguien. Puede que te sientas cómodo hablando de tus sentimientos con un amigo o con un familiar, o quizás prefieras reunirte con un grupo formal de apoyo. También hay grupos de apoyo para las familias de sobrevivientes del cáncer.
Oración o meditación. Puedes rezar o meditar por tu cuenta o recibir orientación de un consejero espiritual o de un instructor.
Haz ejercicio. Hacer ejercicio moderado ayuda a mejorar el estado de ánimo y te hace sentir mejor. Pídele al médico que te recomiende ejercicios adecuados.
Actividades creativas. Ciertas actividades, como el arte, la danza y la música, te ayudan a sentir menos angustia. Algunos centros oncológicos tienen profesionales especialmente capacitados para orientarte sobre estas actividades.
Otras posibles causas de estos síntomas
Hay que tener en cuenta que no toda inflamación en el pecho está causada por el cáncer. Muchas pueden estar causadas por una ginecomastia, un aumento de tamaño del tejido mamario causado por un desequilibrio hormonal. Esta afección no es mortal.
La importancia de ir pronto al médico
Cuando la enfermedad se detecta pronto, la evolución prevista es muy positiva, sobre todo si aún no se ha extendido más allá del tejido mamario. Sin embargo, muchos hombres tardan en ir al médico debido a varias razones.
Por ejemplo, por vergüenza de algunos síntomas como el desarrollo del tejido mamario o incluso el desconocimiento de que el cáncer de mama también puede afectar a los hombres.
La prevención
Aunque no hay una forma garantizada de prevenir el cáncer de mama, la pronta detección puede evitar que se extienda. Es importante conocer el aspecto y sensación de los pechos, sobre todo si existen antecedentes familiares de cáncer de mama. Acuda a su médico de familia si nota algo fuera de lo normal.
Un estilo de vida sana puede prevenir muchas enfermedades, incluyendo el cáncer. Esto supone dejar de fumar, beber alcohol con moderación (hasta 4 unidades por día para los hombres), una alimentación baja en grasas y comer más fibra, fruta y verdura. El ejercicio físico regular también es bueno.
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