¿Qué le sucede a tu cuerpo si no duermes lo suficiente?
¿Qué le sucede a tu cuerpo si no duermes lo suficiente?
Para saber qué le pasa a tu cuerpo si no duermes lo
suficiente, es indispensable reconocer la importancia del sueño en nuestro
organismo.
Su principal función es proporcionar descanso al cuerpo y a
la mente, preparándolos para cada nuevo estado de vigilia.
También debemos entender que el sueño influye directamente
en el metabolismo de nuestras células. No dormir lo suficiente no significa
apenas dormir poco.
La calidad del sueño es tan importante como la cantidad de
horas dormidas.
Una persona puede ser saludable durmiendo 6 horas por día,
al igual que alguien puede sentirse constantemente cansado con 10 horas de
sueño.
El organismo de una persona que no descansa debidamente se
asemeja a una máquina que funciona y funciona, sin parar.
La consecuencia es un inevitable colapso, que puede suceder
tarde o temprano, dependiendo del estado de salud de cada individuo.
Los desórdenes del sueño suelen estar asociados a diversos
trastornos orgánicos, siendo capaces de alterar el funcionamiento de cualquier
órgano.
Además, dormir mal puede incrementar la vulnerabilidad al
dolor, disminuir la capacidad de memoria y debilitar severamente nuestro
sistema inmunológico.
Qué le pasa a tu cuerpo si no duermes lo suficiente: el
riesgo de padecer alzhéimer
hablar distintos idiomas frena el alzheimer
Durante mucho tiempo, la ciencia consideró la posibilidad de
una relación entre la patología del sueño y el mal de Alzheimer.
Recientes investigaciones permitieron identificar el aumento
de los biomarcadores característicos de la enfermedad en los pacientes que no
dormían lo suficiente.
Se trata de las proteínas beta-amiloide y tau, que están
asociadas al desarrollo de un estado de demencia.
En los mencionados estudios, se averiguó que los
participantes con menos de 5 horas de sueño diarias presentaban mayor
concentración de los biomarcadores.
Lo mismo sucedía con las personas que dormían entre 6 y 8
horas, pero sufrían un sueño interrumpido (“de mala calidad”).
Por un lado, la acumulación de proteínas tau suele producir
ovillos neurofibrilares, que resultan altamente destructivos para el cerebro.
Ya los altos niveles de proteína beta-amiloide llevan a la
formación de placas altamente tóxicas para las neuronas cerebrales.
La concentración de ambos marcadores biológicos provoca
cansancio excesivo, y acelera la degeneración natural de nuestro cerebro,
dejándolo más vulnerable.
Al agotamiento físico y mental que presenta tu cuerpo si no
duermes lo suficiente, le sumamos el riesgo de padecer alzhéimer.
Actualmente, todavía se problematiza cuál sería la causa y
cuál sería la consecuencia.
La concentración de proteínas tau y beta-amiloide también
puede provocar insomnio y disturbios en el sueño. Sin embargo, la ciencia
indiscutiblemente nos alerta sobre la necesidad de preservar una buena calidad
de sueño a diario.
Consejos fáciles para conseguir una mejor calidad de sueño
Tener una buena calidad de sueño puede mejorar tu estado de
salud en diversos aspectos, por ejemplo:
Combatir (o retrasar) el envejecimiento celular.
Prevenir patologías físicas y psicológicas, bien como
trastornos emocionales.
Mejorar el control sobre el apetito y combatir el sobrepeso.
Disminuir los desgastes físicos, cognitivos y emocionales
para combatir la sensación constante de cansancio.
Proporcionar energía al cuerpo y mejorar la disposición,
permitiendo un mejor desempeño a nivel laboral y personal.
1. Disminuir los niveles diarios de estrés
El estrés es, en la actualidad, la principal causa del sueño
insuficiente, así como como de los diversos trastornos orgánicos. Disminuir los
niveles de estrés y ansiedad es indispensable para dormir bien y tener una
mejor calidad de vida.
Aunque pueda sonar imposible dejar de estresarse, pequeñas
actitudes pueden marcar toda la diferencia en nuestra rutina.
En principio, debemos separar la vida personal de la
profesión, respetando nuestros momentos de descanso y entretenimiento.
Además, podemos recurrir a actividades que promuevan el
relajamiento, como el yoga, el pilates o la meditación.
Procuraremos mantener aficiones saludables que nos permitan
gastar energía y no acumular tensión.
También es fundamental prepararse psicológicamente para la
hora de dormir.
Debemos estar relajados y tranquilos, en un ambiente positivo,
que nos permita descansar.
Para ello, es indispensable desprenderse de las obligaciones
diarias, dejar el celular de lado, tomar una infusión y procurar respirar con
calma.
2. Mantener una alimentación equilibrada
Una alimentación desequilibrada, sumada a los consecuentes
problemas digestivos, perjudica enormemente nuestra calidad de sueño. Además,
debilita severamente nuestro sistema inmunitario, favoreciendo la aparición de
diversas enfermedades.
Se recomienda preferir cenas livianas, con menor cantidad de
carbohidratos, para facilitar la digestión y evitar la sensación de “pesadez
estomacal”.
3. Practicar actividad física regularmente
La práctica regular de ejercicios físicos ofrece muchos
beneficios a nuestra salud física y mental. Ayuda a gestionar el peso y a
regular el ritmo cardiorrespiratorio, además de mejorar el autoestima.
Una simple caminata diaria de 30 a 45 minutos puede ayudarte
a evitar lo que le pasa a tu cuerpo si no duermes lo suficiente.
Además, también mejora tu desempeño físico y cognitivo
durante tu día de trabajo.
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